Seguimos con nuestras visitas descubriendo Florencia, y esta vez os vamos a hablar de la Basílica de San Miniato al Monte. Os recomendamos que vayáis en otra temporada que no sea en verano, ya que cuesta un poco llegar: ¡hay una subida muy pronunciada! De cualquier modo, vale la pena ver este monumento. ¡Continuad leyendo para descubrir más sobre él!
Una excursión fuera de Florencia
Para llegar a la Basílica de San Miniato al Monte, se puede hacer un precioso paseo desde el centro de Florencia, pasar por los callejones y llegar «fuori porta», es decir, más allá de las puertas de una ciudad, a las afueras de la ciudad, donde de normal empieza el campo. Antes de llegar a la Basílica hay muchos puestos de comida, pero hay uno en particular que nos llamó la atención, porque algunos bocadillos tenían nombres con referencias a formas de decir toscanas, por ejemplo:
Giueee!: es una exclamación que significa «Accidenti!» («¡maldita sea!»).
Maremma maiala!: exclamación que expresa descontento, sorpresa, malestar, asombro, miedo o aprobación.
Brindellone: hace referencia a una persona descuidada y descuidada en su forma de vestir y descompuesta en su forma de andar; un poco perezosa y sin ganas.
Ganzo: se refiere a una inteligente y astuta, que por este modito suscita agitación y admiración.
Pero vamos a seguir con nuestro paseo hasta la Basílica… el camino para llegar es muy pronunciado y cansado para subir, ¡también porque se tienen que subir 273 escalones!
La primera parada antes de llegar es el Piazzale Michelangelo:
Fue construido en 1869 por Giuseppe Poggi, cuando Florencia era la capital de Italia, y es el punto panorámico más famoso de Florencia. En aquel momento, estaba teniendo lugar el Risanamento (el mejoramiento) de la ciudad, de modo que en la parte izquierda del río Arno se construyeron el Viale dei Colli que llega hasta la colina de San Miniato, donde sobresale esta terraza con vistas a la ciudad y la Basílica. Desde el Piazzale se pueden observar los monumentos más importantes de Florencia como: el Duomo, Ponte Vecchio, el Museo Nacional del Bargello, pero también las colinas al norte de la ciudad donde se encuentra Fiesole. Por suerte, cuando restauraron esta parte de Florencia, hicieron una avenida arbolada con muchos árboles y plantas desde la que podemos recuperar el aliento y disfrurtar un poco de la sombra. Desde aquí seguimos subiendo hasta llegar a la Basílica de San Miniato al Monte.
Basílica de San Miniato al Monte
¿A quién se le dedicó la Basílica?
San Miniato es el santo a quien se le dedica, el primer mártir de la ciudad de Florencia. Todo apunta a que en el 250, una vez llegó a Florencia, empezó su vida de ermitaño, pero durante las persecuciones cristianas fue decapitado. Según la leyenda, el santo no murió en la decapitación sino que, con su cabeza bajo el brazo, la llevó a la colina florentina donde vivió como ermitaño. Aquí se construyó un santuario y después una capilla, la construcción de la iglesia actual empezó en 1013.
Descripción
La fachada de San Miniato es una obra de arte de la arquitectura florentina que se inspira en los edificios monumentales romanos. Se divide en dos grupos: la parte inferior se caracteriza por sus arcos con columnas de mármol blanco, mientras que la superior pone en evidencia la estructura de la iglesia. En la fachada hay detalles de mármol negro y también un mosaico de 1260 que representa a Cristo, a las vírgenes y a San Miniato. En la parte izquierda se encuentra el campanario, que en 1500 se usó como almacén para el armamento de la ciudad.
El interior de la basílica está completamente decorado: el techo es a capriata (de madera), el suelo con incrustaciones (decorado) y se puede encontrar un tablero con los signos del zodíaco, hay mosaicos y en la Capilla del crucifijo se encontraba el «Crocefisso Miracoloso» (crucifijo milagroso), que ahora está en Santa Trinidad.
La Basílica también tiene una capilla dedicada al cardenal Giacomo di Lusitania, de visita en Florencia desde Portugal. Una cripta, con un techo abovedado, donde los capiteles de las columnas presentan rasgos en oro, y la sacristía decorada con frescos. Todo el complejo está rodeado por una muralla de defensa que construyó Michelangelo durante un asedio y posteriormente fueron restauradas.
Junto a la iglesia se encuentra el monasterio, que desde 1924 alberga los Benedettini Olivani.
Curiosidades
Aquí, los monjes siguen produciendo aún hoy en día los famosos licores, miel e infusiones que venden en un negocio junto a la iglesia. Nosotros hemos aprovechado y, después de tanto sol y de tanto andar, nos tomamos un buen granizado de limón, como marca la tradición. ¿Sabéis dónde se originó el granizado? En la zona de Messina, en Sicilia. El antepasado más lejano del granizado fue el sherbeth, una bebida aromatizada con zumo de fruta o agua de rosas que llevaron los árabes a Sicilia durante su ocupación.
Esta bebida árabe ha evolucionado con los años gracias a los nivaroli: hombres que en invierno recogían la nieve del Etna y en los montes, y la conservaban en las «neviere», una especia de cuevas que se encontraban en zonas naturales particularmente frescas. En verano las familias acomodadas compraban la nieve de los nivaroli y la consumían para refrescarse. En particular, la nieve se rascaba y se condimentaba con el zumo de limón, obteniendo así la bebida. Más tarde se empezó a mezclar la nieve con la sal, para rebajar la temperatura y mezclarla con manivela, de modo que se impedía la formación de cristales de hielo demasiado gruesos, generando la tradicional consistencia del verdadero granizado siciliano.
En la actualidad, el granizado se puede consumir de varios sabores que combinan el tradicional con limón, pero hay otra cosa que las acompaña a todas: un dulce blando acabado con forma de bolita.
Si toda la caminata ha hecho que os entre sed solo leyéndolo, si os apetece beber algo y os preguntáis cuáles son los cócteles más famosos, no os perdáis el artículo dedicado a este tema. De hecho, os explico cómo preparar cinco cócteles italianos muy muy famosos y también muy fáciles de hacer en casa para un aperitivo entre amigos.
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